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POR UNA SOBERANÍA ALIMENTARIA Y ENERGÉTICA
Posición de las organizaciones sobre agroenergía -
Encuentro en Brasil
No hay duda de que el planeta Tierra está gravemente enfermo debido a la acción destructora del Capital, el gran responsable por la devastación ambiental, el calentamiento global y el cambio climático, además de la privatización de todas las formas de vida. Estamos frente a una encrucijada: o cambiamos el paradigma de civilización actual o la humanidad y la vida en el planeta serán destruidas.
Nuestra lucha es por una nueva civilización basada en una relación de armonía entre la humanidad y la naturaleza. Una civilización en la que no prevalezca el consumismo y la lógica del lucro y el mercado, que devasta los recursos naturales, concentra la riqueza y el poder en manos de pocos y genera pobreza y desigualdad social. Luchamos por una sociedad basada en la justicia social y ambiental, en la igualdad, en la solidaridad entre los pueblos, asentada en valores éticos coherentes con la sustentabilidad de todas las formas de vida.
1. Defendemos que la tierra, el agua, el sol, el aire, el subsuelo y la biodiversidad sean conservados y utilizados de modo sustentable para prioritariamente producir alimentos y proporcionar trabajo y calidad de vida.
2. Afirmamos el principio de la soberanía popular sobre el territorio y su destino. La soberanía alimentaria y energética es el derecho de los pueblos a producir y controlar los alimentos y la energía para atender sus necesidades.
3. La producción de energía no puede, de ningún modo, sustituir o poner en riesgo la producción de alimentos. La agroenergía sólo deberá ser producida de forma diversificada y complementaria a la producción de alimentos.
4. La política de producción de agroenergía no puede continuar siendo determinada por la lógica de mercado, y por los intereses de las empresas petroleras, automotrices y del agronegocio. Combatimos el control del capital extranjero sobre la economía, la tierra, los recursos naturales y las fuentes de energía de Brasil.
5. La agroenergía debe ser producida para garantizar la soberanía energética del pueblo y no, como es promovida por el gobierno, para ser exportada con el objetivo de abastecer a los países ricos del norte y generar lucros para el agronegocio y las grandes empresas nacionales y transnacionales.
6. El actual modelo de producción de agrocombustibles está presionando la expansión de las fronteras agrícolas, amenazando los biomas brasileños, principalmente la Amazonía y el Cerrado. Exigimos el fin de la deforestación y de la expulsión de agricultores en todos los ecosistemas brasileños. Afirmamos la soberanía de todos los pueblos y comunidades tradicionales sobre sus territorios.
7. La soberanía alimentaria y energética debe ser basada en la agroecología y en una economía que al mismo tiempo exprese e integre nacionalmente, de manera democrática, las economías locales y regionales con sus necesidades y características específicas. Combatimos el modelo insustentable y excluyente del agronegocio, una de las principales causas del cambio climático debido a la trasformación en el uso de la tierra, la deforestación y la utilización masiva de agrotóxicos y transgénicos, además de la mecanización y el transporte de mercancías en escala planetaria.
8. Rechazamos y combatimos cualquier tipo de monocultura y proponemos que se límite al tamaño de las propiedades rurales y un límite a las áreas destinadas para la producción de agroenergía en cada establecimiento, municipio y región.
9. Reafirmamos la necesidad de una reforma agraria popular, del reconocimiento de los territorios de los pueblos y comunidades tradicionales, y de un proceso de democratización del acceso a la tierra como vía para garantizar la soberanía alimentaria y energética. El actual modelo de agronegocio es un proceso de continua concentración de la tierra.
10. Luchamos por un modelo energético sustentable y diversificado. La agroenergía es apenas una de las alternativas al lado de medidas de eficiencia y otras fuentes de energía renovable y sustentable.
11. Defendemos un modelo energético popular descentralizado, que exprese las necesidades sociales y las características y potencialidades locales y regionales. Proponemos la producción y gestión en la forma de pequeñas unidades energéticas cooperativas, comunitarias o familiares bajo control de los campesinos, las comunidades tradicionales y los trabajadores.
12. El papel de los campesinos y de la agricultura familiar debe ser definido por su soberanía y autonomía. Por eso, estamos contra el sistema de integración que vincula a los agricultores a las empresas de agroenergía, que solamente explotan su mano de obra. Defendemos políticas públicas que garanticen el crédito, asistencia técnica y condiciones para que los campesinos produzcan agroenergía en pequeñas unidades de producción.
13. Luchamos por un nuevo sistema de transporte que integre sus diferentes formas (fluvial, ferroviario, terrestre) y privilegie el transporte público y colectivo de calidad, en vez del modelo insustentable e irracional dependiente del petróleo y que privilegia el transporte individual.
14. Exigimos que el Estado Brasileño estimule, normatice y controle una política de soberanía energética en nuestro país, Para eso, son necesarios instrumentos, políticas e instituciones públicas con control social que garanticen el papel efectivo del Estado en el proceso de producción y comercialización de agroenergía en Brasil.
Firmamos esta carta nosotros, los 500 participantes de la 1ra Conferencia Nacional popular de Agroenergía, representando a los movimientos que componen la Via Campesina, ambientalistas, sindicalistas y pastorales sociales.
Adhieren a la propuesta:
Leonardo Boff - Teólogo
Roberto Requão - Gobernador del Estado de Paraná. Brasil
Adriano Beyanon - Profesor de la Universidad Nacional de Brasilia
Pastor Werner Fuchs
Primera Conferencia Nacional Popular sobre Agroenergía. Por la defensa de la soberanía alimentaria y energética
Curitiba, Paraná, Brasil. 31 de octubre de 2007
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